De nuevo por estas hojas, me gusta volver después de un tiempo con nuevos temas. El reto es continuar usando este espacio a modo de laboratorio de imagen, de textos y de plantear miradas posibles.
Hoy es un día especial porque llueve y hay una música de fondo hecha de invierno que se despide. En esta nueva etapa exploro la mirada que he guardado por otro lado, trabajado desde otras perspectivas. Estoy a punto de terminar una tesis doctoral en la que me encuentro hablando precisamente de los sentidos que se depositan en el agua que corre, en la tierra que resiste y la gente que narra su historia.
En ese instante estoy pensando en mi cuerpo y en las muchas formas que cambió durante el tiempo que estuve en la búsqueda acerca de cómo retomar este blog. Puedo ejemplificarlo con mi cabello, ha cambiado de forma y color, ha cambiado de textura combinando con distintos sueños.
Quiero tener contacto con otras formas de expresión, quiero invitar a intercambiar recuerdos que nos construyen y otras palabras que van dando tinta de sabernos, conocernos quiénes somos y cómo hacemos para resistir en un mundo contracorriente.
Dejo un poema y me gustaría a cambio unas palabras siguiendo el poema... anda.
Hoy es un día especial porque llueve y hay una música de fondo hecha de invierno que se despide. En esta nueva etapa exploro la mirada que he guardado por otro lado, trabajado desde otras perspectivas. Estoy a punto de terminar una tesis doctoral en la que me encuentro hablando precisamente de los sentidos que se depositan en el agua que corre, en la tierra que resiste y la gente que narra su historia.
En ese instante estoy pensando en mi cuerpo y en las muchas formas que cambió durante el tiempo que estuve en la búsqueda acerca de cómo retomar este blog. Puedo ejemplificarlo con mi cabello, ha cambiado de forma y color, ha cambiado de textura combinando con distintos sueños.
Quiero tener contacto con otras formas de expresión, quiero invitar a intercambiar recuerdos que nos construyen y otras palabras que van dando tinta de sabernos, conocernos quiénes somos y cómo hacemos para resistir en un mundo contracorriente.
Dejo un poema y me gustaría a cambio unas palabras siguiendo el poema... anda.
No busques a tientas
no en el vacío de una cueva sin fin.
Lo más sencillo de la vida está frente a
tus labios, frente a tus ojos.
Esa bastedad de arena, los valles y los
mares que nos separan
son por fortuna lo que nos da vida, es ese
aire de ti que apronta mi pluma para escribirte.
Te escribo siempre al borde de todas las
tintas
de los tiempos encendidos por la prisa.
Es el sonido de la lluvia actual
la lluvia que corteja soledades.
Entre esa lluvia te entrego esta línea de
suspiros que caen.
No busques a tientas… tócame cada vez que
entres a la lluvia, abre la boca a que entren las palabras que escribo, soy tu
lluvia.
El aliento que dejaste en el café
en esas ondas sonrientes
el aliento orgulloso de ser fotografía
espumosa en el recuerdo, me salvó una tarde.
Vuelve a ser esa constante de ondas, te
digo en un papel con dos o tres palabras.
Y tu aliento se extiende por tu mar,
haciendo olas. Sonrío.
Me salva que lleves un grano de arena,
entre los dedos de tus pies
de este desierto que soy
Me salva de apagarme en esta lluvia.
*
Ayer
Estaba enterrada bajo palabras sobre otras
palabras
No era yo ese momento de silencio, era el
abundante aullido del miedo
Aflórame con tus manos en la arena, salva
con tu lluvia, riega este jardín de arenal de flores amarillas y rosadas en el
vientre
Entrame, llévame, acaricia la arena con tu
voz
ese bendito aire de tu aliento y sonrisa. Lluéveme.
*
Asomándome a tu mirada
siento los lazos que bailan con música de
los vientos
bailan tus brazos alrededor de mí, como si
el aire me abrazara.
El calor de los vientos, las historias en
la arena marcada
No existen las sombras aquí, esa luz pura
ciega a las flores del desierto que se abrieron al amanecer.
Me despliego por tu mirada
el resplandor del oro del desierto es tan
puro y tan perfecto que estalla en el horizonte.
Ya nada es a tientas
No es aquel el camino vacío del tiempo
Una fuente, un oasis es el camino, sudor
que corre por mi espada, resbaladizo fulgor de mar y arena en mis piernas.
Dime de la historia que viviste, háblame
del reloj descubierto en mi cuerpo. Repite en mi nuca los espirales perfectos
donde encontraste la capa más oculta de mi piel. Escucha la arena en el mar.
Quiero escuchar a las estrellas en tu
pecho.
Y, si aún anduvieras por la sombra, yo
iría a tu lado. Te mostraría la quietud de la noche porque en el mundo de los zorzales
se viaja en la figura del infinito antes de soñar.
Se ha perdido el misterio porque falta la esperanza
ResponderEliminarSentadas en la orilla de una banca, las nalgas frías acomodadas con inquietud de ver los zorzales de pecho dorado, también los ojos se van hacia la esperanza
EliminarTus lazos alrededor de mi como él aire
ResponderEliminarSacude mi cabello a tus pestañas y tu boca con asombro...
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